domingo, 13 de enero de 2008


Chile: TRABAJADORES DENUNCIAN QUE EMPRESA AMENAZA CON UTILIZAR A CARABINEROS
Enviado el Sábado, 12 enero a las 18:12:00

Los sindicatos de Trabajadores de las Empresas Aguas Claras, Antarfood y Aguas Claras Estuario, pertenecientes al Holding de Empresas Antarfish, denunciaron hoy que esas compañías amenazan con utilizar a la policía de Carabineros para detener la huelga legal que llevan más de 2 mil 500 obreros en el sur del país.

Los sindicatos en comunicado público señalaron que Antarfish “ha tomado una serie de acciones destinadas a debilitar nuestra posición, para ello han amenazado con despidos y el uso de Carabineros como amenazó Francisco Mozzo, Gerente de Planta a los trabajadores de Chonchi, él mismo ha fomentado la renuncia de trabajadores al sindicato a cambio de mantener sus trabajos”,

En localidad de Calbuco los trabajadores denunciaron que los han dejado sin producción, “afectando directamente la remuneración de los obreros que tiene sueldo basados esencialmente en torno a bonos de producción y que el grueso de la producción la están procesando en otras empresas”.

Cabe recordar que el miércoles se abrió el proceso de negociación colectiva por parte de los trabajadores, Antarfish SA ha objetado que el conjunto de sindicatos negocien colectivamente, cuestión que los sindicatos no han aceptado y mantienen su posición de una sola negociación con la empresa matriz.

Denunciaron que la Inspección del Trabajo no ha jugado el mejor rol, en especifico la de Castro, “la que ha jugado un rol pro empresa, contrario a los derechos que tenemos los trabajadores, donde sus inspectores Lorena Sierpe y Víctor Hinostroza quienes se han hecho parte de las acciones desarrolladas por la Empresa “certificando” la legalidad de las acciones y amenazas promovidas en la planta Antarfood por su Gerente Francisco Mozzo de Chonchi o poniendo obstáculos para la elección de la nueva directiva sindical”.

En este contexto los trabajadores de los sindicatos decidieron “movilizarnos en Puerto Varas, Puerto Montt, Calbuco y Chiloé en señal de descontento para manifestar nuestro más profundo rechazo a las acciones desarrolladas por la Empresa y el rol que la Inspección del Trabajo”.

Por último exigieron que la Empresa reanude la producción, asuma la negociación y que la Dirección del Trabajo ponga fin a estas prácticas contrarias a los trabajadores.

Puerto Montt, 12 de enero 2008
Crónica Digital

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Enero de 2008

MARCO DE ANÁLISIS PARA LA LUCHA DE L@S TRABAJADOR@S CHILEN@S

· Bordeando la primera década del siglo XXI, el mundo transita un

período signado por el predominio y la crisis mundial del imperialismo

capitalista (norteamericano, europeo y asiático), en su brutal versión

neoliberal, que permite el bienestar de un 20 % de la población mundial

a costa de la explotación, empobrecimiento y miseria del 80 % de la

humanidad, y que hoy pone en riesgo cierto la misma sobrevivencia

del planeta.

· Hacia el año 2000, había oficialmente 22 millones de desempleados

en los países capitalistas desarrollados (OCDE), sin considerar los

cientos de millones de cesantes en África, Asia y América Latina. Lo que

permitió al capitalismo, hasta los años 70, superar sus contradicciones

fue el desarrollo del comercio mundial. Después de 1945, la dominación

mundial de USA, dictada por la necesidad de impedir la revolución en

Europa y Japón y contener el bloque soviético, les dio la oportunidad,

mediante el tratado de Bretton Woods (acuerdo sobre tasas de intercambio),

de obligar a las demás potencias imperialistas a disminuir las

barreras arancelarias y eliminar obstáculos a la libre circulación de

mercancías.

· Sin embargo, el período de crecimiento entre 1948 y 1973 terminó hace

tiempo. El pleno empleo, el crecimiento de los niveles de vida y el

Estado de bienestar son piezas del museo capitalista. Hoy la economía

mundial es presa del estancamiento económico, la recesión y

la crisis y destrucción creciente de las fuerzas productivas. En lugar

de crear puestos de trabajo y aumentar la riqueza de la sociedad, los

grandes monopolios están dedicando enormes recursos a la especulación

en los mercados monetarios y financieros especulativos.

· La mundialización del capitalismo ha significado que casi dos tercios

de la humanidad vivan lindando la barbarie. Enfermedades inofensivas

con vacunaciones sencillas, como la diarrea y el sarampión, matan

a siete millones de niños al año. Cien millones de niños viven en las calles.

· Una de las principales causas de la creciente pobreza del tercer mundo

es el saqueo a gran escala de sus recursos a través del intercambio

comercial y los tres billones de dólares de deuda externa con los grandes

bancos occidentales. Según UNICEF, los pagos de la deuda han provocado

que los ingresos del tercer mundo hayan caído un 25 %; el gasto sanitario,

un 50 % y el gasto educativo, otro 25 %. En búsqueda de beneficios,

las grandes multinacionales están arrasando el planeta. Cada año se

destruyen cerca de cien mil kilómetros cuadrados de selva tropical. En el

mundo, 450 millones de personas sufren malnutrición o mueren de

hambre.

La Transnacionalización y la hegemonía mundial del Capital Financiero

§ Dos fenómenos caracterizan la mundialización financiera, modo hegemónico

de desenvolvimiento del capitalismo contemporáneo: la desregulación del

dólar y la separación entre flujos financieros y economía real.

§ La desregulación del dólar se impuso a inicio de los 70 y significó

la privatización de la moneda internacional, es decir, la apropiación

privada de los flujos financieros internacionales. El giro en el sistema

financiero internacional (1971) con la desregulación del dólar, marca el

inicio de la hegemonía del capital financiero y un cambio en las formas

jurídicas de la acumulación y la circulación del capital a favor de los

grupos privados transnacionales. Los grupos financieros son

organizaciones capitalistas a gran escala, que combinan el negocio

empresarial con el comercial y el crediticio. En su organización interna

se dividen entre una sociedad matriz que controla los movimientos

financieros de las sociedades filiales o “ejecutoras”, en función de la

rentabilidad total del capital.

§ La desregulación del dólar opera como sinónimo de la pérdida de los

Estados nacionales del monopolio de la administración de las divisas como

inicio de la privatización de los activos financieros estatales. Esto importa

la liquidación gradual del llamado “capital social” -capital resultado

de intermediación financiera del Estado-, tanto en los mercados internos,

como en el comercio exterior. La forma de “capital social” le permitía

antes al Estado ser agente económico directo, garantizar la

intervención económica y durante el Estado de bienestar, asumir

parte del llamado “salario indirecto”, los costos laborales como la

seguridad social, salud, educación que se pagaban en los presupuestos

públicos.

§ La privatización de las divisas también comportó la liquidación paulatina

del capital social-estatal. El keynesianismo fue derrotado porque

la mundialización financiera fulminó el soporte económico sobre el

cual se sustentaba.

§ La fórmula neoliberal considera que todo lo público, incluso el aire, los ríos,

los océanos, pueden someterse a las reglas de la propiedad privada

(en Chile este fenómeno es una realidad hace tiempo).

§ La mundialización financiera consiguió trasladar una parte importante

del pago de salarios (capital variable) a la dimensión de la ganancia

devenida del crédito. Este es el caso del salario diferido, es decir, el

salario que no se le reconoce al trabajador de manera inmediata, sino

que se difiere hasta que cumpla con requisitos de edad o tiempo de

servicio. La mundialización financiera convirtió el salario diferido

en flujo financiero (AFP’s en Chile), y hoy, los fondos de

pensiones norteamericanos y europeos son determinantes en la

inversión financiera transnacional.

§ En los 70, el capitalismo mundial resuelve disminuir el capital variable

en beneficio de la acumulación capitalista, cuando se evidencia una caída

en el promedio internacional de las tasas de ganancia. Ello se ha

confirmado como una tendencia para el período. La imposición de esta

forma de acumulación se dirimió transitoriamente en la arena de la

lucha de clases, con el desconocimiento de la negociación colectiva

de los trabajadores y el desmantelamiento del llamado Estado de bienestar,

y producto de una derrota parcial de los trabajadores y el pueblo

a escala internacional durante ese período.

§ El neoliberalismo requiere abaratar el trabajo. La crisis del fordismo

(producción en cadena de mercancía con alto empleo de trabajadores)

presionó a los capitalistas a depreciar el trabajo, a “flexibilizarlo”.

El neoliberalismo es un nuevo modelo de acumulación, y una redefinición

de las reglas del juego entre capital y trabajo, a favor del primero.

El posfordismo es, en los hechos, precarización del trabajo, inestabilidad

laboral, y posibilidad de desalojar trabajadores de manera

permanente (características de la tercerización del trabajo en Chile).

§ El neoliberalismo es una forma de acumulación que utiliza al máximo

las ventajas tecnológicas de la computación y la informática, combinándolas

con la extensión de la jornada laboral, con el trabajo migrante en

el universo desarrollado del capital, con el abaratamiento del salario

femenino y el trabajo infantil.

§ Nuevamente se confirma una de las contradicciones centrales

del funcionamiento del capital: aquella que se expresa entre la

renovación técnica incesante de los procesos industriales, obligada

por la competencia intercapitalista, y la necesidad de obtener

ganancias extraordinarias, y la baja tendencial de la ganancia que

esta tecnificación produce al desplazar trabajo vivo por trabajo muerto.

Esta contradicción expresa los límites históricos del capitalismo; de

una sociedad que preserva la apropiación individual de la riqueza, a

pesar de que colectiviza y desarrolla al máximo las fuerzas productivas.

La desindustrialización y el desempleo en el tercer mundo y en vastas

capas del planeta no evidencia una crisis del trabajo o de la

clase trabajadora; por el contrario, confirma las limitaciones históricas

del funcionamiento de la ley valor.

§ Lo que aparece como división entre lo financiero y lo industrial en

realidad corresponde al desplazamiento de la inversión industrial

hacia la inversión financiera. La hegemonía del capital financiero fue uno

de los resultados de la crisis del fordismo. La desregulación del dólar

optimizó la ganancia financiera y obligó a los propios consorcios

industriales a crear bancos e instituciones crediticias.

§ La actual hegemonía del capital financiero es la consecuencia inevitable

de las contradicciones históricas de la acumulación capitalista, y obliga

a centrar los empeños en la construcción de una política independiente

y con un horizonte socialista de los trabajadores y el pueblo.

Chile

§ En el continente, Chile juega el papel paradigmático de la hegemonía

del capital financiero y especulativo en la Región (entre enero y octubre

de 2007, el sistema bancario obtuvo $ 834 mil millones de pesos de

gananacia); y la reprivatización y explotación irracional de los recursos

naturales del país (cobre, madera y productos del mar). Asimismo, el

modelo de acumulación capitalista sostiene sus millonarias tasas de

ganancias sobre la administración privada de los servicios básicos

y la capitalización del ahorro del pueblo trabajador a través de las AFP's;

la concentración monopólica de los medios de comunicación de masas; y

la aniquilación y desmantelamiento sistemático de las organizaciones de la

clase trabajadora y el pueblo.

§ La dictadura pinochetista impuso a sangre y fuego la refundación capitalista

del país; y restableció la dominación, control, y administración sin

contrapesos de los intereses de la minoría burguesa subordinada y

fundida al capital extranjero. Los intereses imperialistas fueron repuestos

en gloria y majestad en Chile, y fidedignamente se han implementado

los mandatos político económicos provenientes del FMI , el Banco Mundial

y la OMC –todas instituciones tuteladas por los intereses

imperialistas, principalmente norteamericanos (el 49 % de las sedes

corporativas de las principales multinacionales del mundo están en

Estados Unidos; el 40% de la inversión transnacional en América

Latina es norteamericana, y el 60 % se reparte en capitales

europeos y asiáticos)-.

§ El actual crecimiento económico del Chile se explica, entre otros factores menos relevantes, fundamentalmente, por el alto precio del cobre, sustentado en su gran demanda asiática (sobre todo, China).

§ El término pactado por arriba, producto de la presión desde abajo,

de la dictadura pinochetista sólo comportó una readecuación del

escenario político, garantizando algunas libertades civiles y la democracia

formal de las elecciones generales, manteniendo incólume los

intereses y procedimientos de acumulación y control social de

la clase entronizada en el poder; modificando cosméticamente aspectos

de la Constitución del 80, y creando, en el tiempo, una casta de nuevos

ricos al amparo del Estado –demoliberales y de retórica antidictatorial-.

§ El modelo de reproducción capitalista inaugurado a mediados de los 70

del siglo pasado, y hoy perfeccionado, legitimado y administrado

por la Concertación de Partidos por la Democracia , sólo ha profundizado

la diferencia de clases que ha convertido a Chile en uno de los países

más desiguales del mundo (entre las 15 naciones de peor distribución del

ingreso del planeta). El 60 % de los chilenos sobrevive con menos de

$ 82 mil pesos mensuales, en tanto el producto por habitante es cuatro

veces mayor. De 1990 al 2005, la brecha entre el 5 % más privilegiado

de la sociedad respecto del 5 % más pobre, aumentó de 110 a 220 veces.

Los estándares educativos son extraordinariamente deficitarios

(de paso, destruyendo el mito burgués de la educación como vehículo

de movilidad social, y proletarizando a la marginalidad social juvenil

mediante los 12 años de escolaridad obligatoria); existe una insuficiente

e ineficiente salud pública (donde se atiende el 80 % de los chilenos);

hay crisis de la vivienda y creciente demanda de los derechos sociales

básicos insatisfechos. La tasa de cesantía entre los trabajadores jóvenes

oscila entre el 15 % y 20 %, y Santiago es la séptima ciudad del mundo

donde más horas se trabaja.

· El pan corriente subió entre enero y septiembre de 2007, de $ 623 a

$ 733 pesos, más o menos un 17 %. El arroz, durante el mismo período,

ha aumentado en un 13 %, los tallarines en un 8,2 %, la carne molida en

un 6 % por ciento, la merluza en un 11 % por ciento, el pollo en un 16 %

y los huevos en un 21 %. La leche aumentó un 51 %, el queso en un 55 %,

la mantequilla un 20 % y el café en un 10 %. Las papas han subido un

95 % y las cebollas un 130 %. Otros bienes básicos son los medicamentos. Durante el año 2007 los analgésicos subieron un 5 %, los antibióticos un

28 %, los antitusivos y broncodilatadores un 5 % y los tranquilizantes un

41 %. El agua potable aumentó un 5,4 %, el gas-ciudad un 13,3 %

y la electricidad, en los primeros meses de 2008, llegará a un 50 % más.

· Asimismo, por arriba, el poder criminaliza y reprime “a la antigua”

la movilización social y laboral, las demandas históricas del pueblo mapuche,

y emplea como mano de obra barata la fuerza de trabajo femenina,

adolescente e inmigrante.

· En el país, los grupos económicos más poderosos y diversificados

son los Angelini, Luksic y Matte, cuyos capitales puestos en la

explotación cuprífera, forestal, pesquera, industrial, eléctrica y

portuaria, se convierten, en un mismo movimiento, en capital financiero

a través de la propiedad de bancos y entidades financieras de

crédito y colocaciones, como el Banco Chile, BICE y otros. Es decir, los

patrones de Chile, cuyos capitales hace tiempo están transnacionalizados,

han hegemonizado sus intereses y diversificado sus propiedades. Esto

quiere decir, por ejemplo, que los trabajadores que luchan por mejoras

laborales en la empresa de cables de cobre Nexans, y los empleados del

Banco Chile que resisten el despido ante la fusión con el Citigroup, en

distintos lugares y funciones, y contra distintas formas contractuales y

jurídicas, están negociando con el mismo grupo Luksic, con el mismo patrón.

§ El actual Código del Trabajo resulta extremadamente antipopular, obstruye

la sindicalización (más allá de la propaganda hipócritamente insuficiente),

cuya realidad habla de que sólo un 7 % de la fuerza laboral chilena

(es decir, menos de 500 mil trabajadores de un universo de cerca de 7 millones) está capacitada jurídicamente para negociar colectivamente sus condiciones

de trabajo, lo cual, en los hechos, se reduce a tratar de actualizar el

poder adquisitivo de quienes negocian y obtener insignificantes

bonos compensatorios de fin de conflicto. Desde el 1 de enero de 2008,

la vida de los chilenos es casi un 6 % más cara debido a la inflación

acumulada (7.8 %) y la refrigeración de los salarios (que en rigor aumentaron

un 1.8 %.)

§ De este mismo modo, el Ministerio y la Dirección del Trabajo –donde

se atrincheran las rémoras del “progresismo” concertacionista-

emplea groseramente a la CUT –multisindical más numerosa del país, pero

presa de la mañosa burocracia del reformismo obrero y sus

expresiones orgánicas- como apéndice y extensión de sus políticas, más

allá de los discursos accidentalmente insolentes de sus "dirigentes" cada

Primero de Mayo.

§ Lo cierto es que en Chile aumenta sostenidamente el sector de

trabajadores contratistas y subcontratistas (más del 70 % de la

fuerza productiva y de servicios del país ya está tercerizada); en general,

las mujeres ganan un tercio menos que los hombres por realizar el

mismo trabajo, y la línea de la pobreza está delimitada arbitrariamente en

los $ 49 mil pesos; cifras, en general, que consolidan el funcionamiento

de una democracia antipopular y una burguesía sin proyecto de desarrollo

para el conjunto de la sociedad.

§ Estos números son los causantes del sideral endeudamiento de los

chilenos, cuyo monto multiplica varias veces sus salarios, y demanda

la distracción de alrededor de un 60 % de sus remuneraciones mensuales

en pago de deudas. A lo anterior se agrega la costumbre patronal (multada

en cifras ridículas por el Estado) de no cancelar las imposiciones de

los asalariados, y el empeoramiento de las condiciones contractuales y

laborales de los trabajadores. Al respecto, un 70 % de la fuerza laboral

en Chile cambia de empleo (o de relación contractual) entre 3 y 4 veces al año.

§ Por su parte, la fuerza laboral ligada a la explotación de productos

agrarios sufre condiciones laborales todavía peores que los trabajadores

de las grandes ciudades. Su situación de obrero agrícola, empeora aún más

en el llamado "sector temporero" donde los salarios son miserables

y los trabajadores (normalmente mujeres y adolescentes) laboran en

peligrosas condiciones de higiene y seguridad. Sólo marginalmente

logran cristalizar sus demandas a través de una pequeña expresión sindical.

§ En la actualidad, los países capitalistas centrales, como efecto de la

llamada “burbuja inmobiliaria” originada en Norteamérica, comienzan a

vivir una crisis económica que ha pasado de una “desaceleración económica”,

a una eventual recesión de dimensiones todavía insospechadas. Pese a la

clásica “tendida de mano” y liquidez proporcionada por los bancos centrales

de USA, la Unión Europea y Canadá, entre otros, a las entidades financieras

en riesgo de quiebra, se transita de una crisis crediticia a una crisis de

mercado. Resumidamente, se asiste a un proceso de contracción de la

demanda de consumo de los norteamericanos (que representa el 72 %

del crecimiento imperial) con inciertas consecuencias. Según los analistas

de la propia burguesía, el enorme crecimiento de China (alrededor de un 12 %) ha ralentizado el despliegue de la crisis a escala mundial. Gran parte

de la producción cuprífera chilena se exporta a los países asiáticos, y en

especial a China. Sin embargo, un reflujo de los niveles de consumo

de las grandes economías podría incidir en la demanda del cobre chileno,

cuyos valores sometidos a la mundialización del capital financiero y

especulativo importaría la crisis a un país tan frágil –aunque con

importantes ahorros todavía- como Chile.

§ Durante el 2007, los trabajadores forestales, los subcontratistas del

cobre, y otros múltiples sectores menos estratégicos para el capital, rompieron

la paz de cementerio reinante en el país, realizando largas huelgas

por reivindicaciones económicas, cuyas demandas políticas (renacionalización

del cobre, por ejemplo) se diluyeron al no contar con un movimiento

popular debidamente organizado. Sin embargo, los trabajadores -la clase

que produce la riqueza de Chile- retoman paulatinamente su rol histórico

tras el cual debe ordenarse el conjunto de rebeldías anticapitalistas y

demandas multisectoriales del país. Si bien, aún están pendientes

los compromisos “asumidos” por el gobierno en torno a la Ley

de Subcontratación, el escenario de emergencias laborales parece

reiniciar lentamente un nuevo ciclo de lucha de clases. Ante el pavor

de la burguesía, hasta la iglesia católica ha denunciado las

ominosas inequidades del modelo y propuesto un salario mínimo, incluso

mayor que el negociado por la CUT de Martínez. Del mismo modo, el gobierno

ha instalado una "Mesa de Equidad Social" y habla de pacto y cohesión

social (acordados por los de arriba y sin pueblo) para "aligerar" la violencia

de la explotación frente a eventuales movimientos de los de abajo que

podrían espantar inversionistas y aminorar ganancias. En este sentido,

el 2008 –año electoral, por lo demás- debería contemplar un período de

pugnas más explícitas y extendidas, entre la lucha histórica entre el

capital y el trabajo. Sobre todo ante un cuadro de alzas alimenticias y

servicios básicos, congelamiento de salarios, desigualdades

estructurales, eventual recesión económica, incertidumbre en el ámbito

del transporte colectivo y condiciones subjetivas más alentadoras para el pueblo.

(Autores consultados: Alan Woods, Ted Grant, Carlitos Marx, Hugo Fazio,

José Cademártori, Paul Wader, Noam Chomsky, Rafael Agasino, Vladimir Lenin, Leon Trotsky, Francois Chesnais, James Buchanan,Daniel Libreros, Ernest Mandel, Jonh Holloway.)

POLO DE TRABAJADOR@S POR EL SOCIALISMO

Andrés Figueroa Cornejo

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