domingo, 3 de agosto de 2008

Neltume Chispa de Rebelión

Con uno o mas de uno de ellos compartimos el centro de tortura, el campo de concentración, luego la carsel y dentro de ella la celda; al salir Rene de la carsel, me visitaba en el lugar de trabajo de aquellos años (1977); con cada uno de ellos compartíamos sueños, ilusiones, un proyecto de vida donde el eje central es la REVOLUCIÓN
Con Juan Ojeda compartiamos nuestras juveniles cartas de amor con alguna muchacha de aquel entonces; Con Julio Riffo nos peleábamos el mate ... con ...
Hoy cuando leo y releo sus historias, la rabia llena toda mi existencia, de manera tan especial cuando veo la verdad trasformada en mentira, la mentira transmitida como verdad, en este presente vergonzante donde aquellos que "con mano ajena recuperaron el poder que les permite gozar de sus granjerías y privilegios
Solo trato de hacer que sus nombres no sean jamas olvidados, que su ejemplo y consecuencia sea nuestra, tal como dicen por allí
" ellos estarán presentes mientras su lucha sea la nuestra..."
Daniel Quilaipan Lorca
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Paine



Eugenio Monsalve

Juan Angel Ojeda Aguayo


Patricio Calfuquirh


Pedro Yañes


Prospero Guzman Soto


Raul Obergon


En el año 1978, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR, formuló un plan táctico-estratégico para combatir a la dictadura militar, el cual se basaba en la estrategia de la Revolución Proletaria, que se debía materializar a través de la Guerra Popular. Este plan pasó a denominarse "Plan 78" con los siguientes lineamientos centrales:

a. Como objetivo estratégico se planteaba avanzar hacia una creciente acumulación de fuerza social, política y militar, que permitiera a largo plazo derrocar a la dictadura desde abajo y establecer un gobierno democrático, popular y revolucionario.
b. Como objetivo táctico, se orientaba al desarrollo de la resistencia de masas, combinando las acciones clandestinas con el impulso de la lucha abierta y ofensiva. No solo se veía la resistencia armada como una línea estratégica fundamental; sino también como un factor táctico decisivo en la cual la propaganda armada se presentaba como una línea de acumulación de fuerza militar primaria y la preparación de las condiciones para el paso a la lucha guerrillera urbana, suburbana y rural.
c. Instrumento fundamental para el desarrollo de este lineamiento era el MIR como partido. El cual debía esforzarse en reorganizarse y reconstruirse nacionalmente. Y como un apoyo importante se alentó el retorno de cuadros desde el exterior y la construcción de una retaguardia de apoyo directo y especializado al frente.
Con este lineamiento, más el trabajo preparativo militar permitiría al MIR pasar a extender la lucha guerrillera y avanzar en el desarrollo social, político y militar de la Guerra Popular. Esta fue la perspectiva estratégica y táctica que guío al MIR para desarrollar el trabajo de preparación, reconocimiento y habilitación de zonas y bases para la instalación de fuerzas militares y guerrilleras en el sur de Chile.
Este proyecto estratégico consistía en la apertura de dos frentes guerrilleros rurales en la zona sur de Chile. Las zonas geográficas escogidas para el asentamiento de las fuerzas guerrilleras fueron:
1. Neltume: frente número 1: En este frente se conformaría una columna guerrillera del orden de una compañía.
2. Nahuelbuta: frente número dos: Aquí se conformaría una columna del orden de un pelotón.
Dentro de estos planes se consideró las conformaciones de unidades tácticas de combates suburbanas, las que coparían los espacios entre la ciudad y el monte. Fuera de este gran esfuerzo, se inició otro con perspectiva a desarrollar un trabajo de conformación de redes de apoyo clandestinas y de una base social de apoyo concebida como base de sustentación de la guerrilla y por lo tanto funcional a ella y a sus necesidades. La conformación de estas redes debía ser previa o simultánea con el asentamiento de la guerrilla en el monte.
Para poder realizar estos lineamientos se preparó e instruyó a un contingente numeroso de miembros del MIR, los cuales se prepararon en escuelas especiales concebidas para tal efecto. La implementación de este proyecto comenzó a realizarse en los primeros meses del año 80 en ambos frentes, en este aspecto nos dedicaremos solo al frente de Neltume, ya que fue el que desarrollo en mayor forma su implementación.
El frente Neltume se inició con el envío de una patrulla de exploración inicial en febrero del 80 y culminó con la constitución del destacamento en octubre de ese año, cuando la jefatura militar se hace cargo del mando en el terreno. El proceso de constitución estuvo plagado de problemas, por cuanto se hicieron dos intentos de ingreso a la zona por la cordillera los cuales no dieron resultados. En mayo del 80 no había nada hecho en el terreno y el contingente estaba en espera de ser trasladado al interior de Chile.
En estas condiciones el MIR designa en junio del 80 a un miembro del núcleo central destinado a Neltume para que, ingresando a Chile, organizará las tareas en las que los esfuerzos anteriores no habían sido suficientes, vale decir, preparar las condiciones mínimas en el monte para recibir al contingente y general el trabajo de redes de apoyo, que resolvieran las necesidades del destacamento a su llegada.
A mediados de julio ya hay miembros de la guerrilla insertos en el monte realizando las tareas correspondientes al inicio de la guerrilla: de reconocimiento, exploración, acondicionamiento etc.
En la segunda quincena de agosto llega el grueso del contingente y se constituye en sí el destacamento en el terreno con la llegada del jefe del destacamento a mediados de octubre. Desde el momento que se constituye como destacamento en el terreno se realiza una serie de tareas, especialmente de exploración, comunicaciones y abastecimientos. Con la llegada del jefe del destacamento se constituye en forma formal "El Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro".
A fines de octubre se decide realizar la operación de traslado del área lo cual implicó un duro y vasto esfuerzo y el balance positivo que se saca de ello fueron los siguientes; los objetivos planteados fueron alcanzados en los plazos y formas previstas; el desempeño del MIR y sus militantes en la ejecución de las tareas militares estuvo a la altura de los requerimientos. Se pudo comprobar la prueba de aclimatación en cada uno de los miembros de la guerrilla, de la implementación de los conocimientos adquiridos en la instrucción, de las ideas desarrolladas en la teoría durante la fase preparatoria. Por último en esta etapa se dejó atrás una área que siendo montañosa, era más baja, menos boscosa y accidentada que la de Neltume, o "área del rectángulo" como la denominaron los miembros de la guerrilla.
En la "área del rectángulo" se inicia una etapa importante para los miembros de la guerrilla, ya que fuera de realizar las tareas propiamente de la vida guerrillera, inician una discusión política sobre la visión global del desarrollo del proyecto y de la situación del MIR. Esta visión se recoge de una carta del Secretario General enviada a los miembros del destacamento guerrillero. En esa carta se planteaba que no estaban las condiciones que servían de marco y en algunos casos, de premisa para la irrupción de la fuerza guerrillera, pero que la tarea debía seguir desarrollándose, que el MIR en si no tenía la capacidad para construir la base social de apoyo, especialmente el MIR de la región donde se desarrollaba el proyecto.
Al mismo tiempo se instruía para seguir preparando las condiciones en el terreno, pero asegurando el secreto de la tarea, como cuestión central y pensando en estar en condiciones combativas, pero que no había que realizar ninguna acción combativa hasta que todas las condiciones y tareas no se hubiesen desarrollado. A pesar de estos planteamientos los miembros del MIR en el destacamento no asumieron una discusión organizada y profunda sobre el tema. Más bien se mantuvieron expectantes a las orientaciones que se podrían implementar.
Con toda esta clase de problemas se lograron algunos avances, especialmente en la preparación y acondicionamiento del terreno, pero ya se evidenciaban algunas deficiencias y limitantes las cuales con en el correr del tiempo serían nefastas en el desenlace final del proyecto guerrillero. Estas deficiencias y limitantes fueron: la falta de una base de apoyo sólida sobre la cual construir las redes logísticas en el terreno. Las misiones de exploraciones iban dejando cada vez más atrás y lejos el punto en las cuales se abastecían logistícamente; lo que disminuyó el ritmo y profundidad del trabajo de exploración; limitó la autonomía de la guerrilla y atentó contra el principio de movilidad constante al estar la fuerza muy dependiente de sus redes de apoyo.
A la altura de marzo del 81, la dirección de la guerrilla evalúa la misión en general y la sintetiza de la siguiente manera: la guerrilla había acumulado experiencia pero el objetivo principal de instalar las bases de un campamento permanente en la zona de Lipinza quedaba obsoleto por un sinnúmero de razones: riguroso clima, nieve 6 meses en el año, accidentes naturales que eran infranqueables; los requerimientos logísticos eran imposibles trasladarlos en profundidad, por las distancias muy largas etc.
Por otro lado se constata que se venía desarrollando un buen trabajo militar de exploración, reconocimiento, información del terreno etc. Pero se presentaba la contradicción con las medidas de seguridad y el secreto; con los indicios que se iban dejando. Lo cual era una cuestión que no era puntual, es algo que todo grupo guerrillero debe resolver: la contradicción entre mantener el secreto en la base previa y la necesidad de concentrar fuerzas para realizar las complejas tareas preparatorias en la cordillera de los Andes.
En los meses que siguieron hubo la gran preocupación de preparación de las condiciones para enfrentar el invierno que se avecindaba. Es en estos momentos cuando la guerrilla pierde la movilidad para fijarse en el terreno y se toman algunas medidas básicas de seguridad, especialmente después de varios encuentros con campesinos de la zona y se estima que la situación es delicada ya que poco antes habían desaparecidos 2 miembros del grupo que se venían a integrar al destacamento, los cuales fueron detenidos cuando cruzaban la cordillera.
En el mes de marzo, el grupo se instala en el campamento en el cual serían detectados (al noroeste de Neltume y al sur de Liquiñe a 1200 metros de altura en el cual se construyó un tatú). La detección se produce por una serie de hechos, que a partir del 27 de mayo se agudizan por encuentros con campesinos, ya que en esa oportunidad el grupo se abastecía por medio de las redes del llano y son sorprendidos por algunos campesinos, los cuales dan cuenta de este encuentro al reten policial de Neltume.
Desde ese momento las fuerzas militares comienzan una gran búsqueda y el encuentro con el grupo guerrillero se produce el sábado 27 de junio de 1981. La retirada y el rompimiento del cerco enemigo dividen al grupo y quedan desconectados entre sí durante 42 días. En el momento de ser sorprendidos el grupo no esta armado, por lo cual no hubo un enfrentamiento armado con los militares.
En las condiciones que se produce la retirada y el rompimiento del cerco el grupo guerrillero se divide en dos; quedando prácticamente sin abastecimiento, ni infraestructura y durante 42 días que permanecieron separados, las condiciones físicas de los componentes del grupo se fueron deteriorando, especialmente por el hambre y las enfermedades. La gran mayoría estaba enfermo y uno de ellos tenía los pies infectados, lo cual le produjo gangrena.
A principios de agosto los dos grupos toman contacto y se reencuentran en el tatú del armamento. Es en este momento que se centraliza el mando y se efectúa un balance de la situación y se llega a la conclusión; que la perdida del combate en el primer encuentro tuvo enormes consecuencias, por no haber estado armados. Así mismo pese a las ventajas que tuvieron los militares y la debilidad en que quedó el grupo. Este hizo mayor uso del terreno que los militares.
Pero ya a esa altura el grupo perdía la movilidad por los enfermos (el enfermo con gangrena ya había perdido los dos pies); los desplazamientos no eran cortos y se fijaba el grupo al terreno; el hambre era inmensa y a muchos de ellos les comenzó a afectar psicológicamente.
En ese marco, el mando de la guerrilla toma la decisión de establecer contacto con la dirección del MIR y establecer una línea mínima de apoyo logístico en el llano. Por lo cual se envía a algunos miembros del grupo a tomar contacto con el MIR en Santiago y otros a buscar equipos y medicamentos a Lanco. Este grupo es detenido en Huellahue y los miembros de este grupo son asesinados.
El nuevo contacto con las fuerzas de la dictadura se produce el 12 de septiembre, por lo cual el grupo trata de romper el cerco, por cuanto las condiciones físicas de los integrantes del grupo son pésimas y afectan en forma grave la disposición combativa de aquellos y el mando de la guerrilla decide el repliegue a la ciudad.
En esas condiciones de rompimiento de cerco caen combatiendo la gran mayoría del grupo y otros son detenidos y asesinados. El día 15 de octubre el jefe de la guerrilla cae combatiendo en Choshuenco y algunos miembros del grupo rompen el cerco y se repliegan a Santiago.
El último operativo de las fuerzas de la dictadura fue en noviembre del 81, con la captura y asesinato de uno de los miembros de la guerrilla que había sobrevivido solo durante 4 meses, cuando quedó desconectado del grupo.
El saldo frío de los hechos de Neltume es dramático y doloroso para los que creyeron en esos momentos que era posible abrir un frente guerrillero en el sur de Chile. Por lo menos hubo 5 enfrentamientos, pero no se puede decir en forma concreta que los militares sufrieron alguna baja. Los miembros de la guerrilla muertos en enfrentamientos o asesinados luego de ser capturados fueron los siguientes:
Pablo: muerto en combate en una emboscada tendida por las fuerzas de la dictadura en el punto de contacto con la patrulla enviada al llano y que había sido hecha prisionera.
Jorge: muerto en combate en su puesto, donde fue dejado porque ya no podía desplazarse por haber perdido los dos pies.
Pedro: muerto en combate en una casa de Remeco, donde había llegado a pedir ayuda.
Víctor: muerto en combate junto con Pedro.
Paine: muerto en combate en Choshuenco.
Camilo: asesinado; hecho prisionero luego del combate en Remeco.
Gabriel: asesinado; hecho prisionero en la zona de Quebrada Honda.
Rigo: asesinado; hecho prisionero en Huellahue, formaba parte de la patrulla enviada al llano.
Oscar: asesinado; hecho prisionero en Huellahue, era el jefe de la patrulla enviada al llano.
Sobrevivió un grupo significativo de miembros de la guerrilla. Algunos ofrendaron sus vidas en otros lugares después del 81. Lo que pasó después es ya historia, pero cabe decir que aquellos que ofrendaron sus vidas en Neltume; con todos los errores y con una política equivocada sobre el despertar de las masas campesinas; nos han dejado una lección: el sueño de la revolución socialista es posible realizarlo, siempre que la voluntad no reemplace a la realidad y a la racionalidad.
A aquellos que ofrendaron sus vidas por ese sueño y para que otros pudieran seguir viviendo; un homenaje sincero y no olvidado de aquellos que todavía viven de acuerdo a aquel sueño de una sociedad justa y libertaria: que es la sociedad socialista.

Próspero del Carmen GUZMAN SOTO


Prospero del Carmen Guzmán Soto, Nombre Político, Víctor: muerto en combate el 20 de septiembre del 81. Era obrero maderero; originario de Neltume; soltero. Tenia 27 años de edad. El Grande no porque fuera un gigantón, sino porque su gran amigo, su compañero de toda aventura y desventura, era el Pequeco. Se criaron juntos en Neltume, crecieron juntos, juntos fueron a la cárcel y al destierro. Vivieron juntos en landa y volvieron juntos a hile y a su montaña. Y como siempre andaban juntos y Pequeco era realmente bajo de estatura, Víctor adquiere su apodo por antonimia. El más sencillo y humilde de todos. Se destacaba no solo por su particular suerte de golpearse constantemente en la cabeza, sino también por su afición y cualidad para tocar la armónica. Era un tipo bueno el Víctor.

Comité Memoria Neltume
Guerrilla en Neltume
Una historia de lucha y resistencia en el sur chileno
(Este libro fue escrito por los sobrevivientes de la experiencia guerrillera en Chile)

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Neltume
A mediados de 1981 fue denunciada por campesinos de la zona de Neltume, Décima Región, la existencia de un campamento de guerrilleros en ese sector. Se trataba de militantes del MIR ingresados clandestinamente al país como parte de la llamada Operación Retorno, quienes intentaban establecer una base en la zona cordillerana del sur el país, donde se instalaría a futuro la dirigencia de su colectividad.
A raíz de esta información se inició un intenso operativo con agentes de la CNI enviados desde Santiago y personal de Carabineros y del Ejército.
En julio de 1981 fue descubierto por los efectivos de seguridad el campamento, el que se encontraba en etapa de construcción. En esa oportunidad fue incautada gran cantidad de material y documentación. El grupo huyó hacia zonas más altas, siendo seguido por los agentes.
En el mes de agosto los militantes del MIR decidieron enviar a dos de sus miembros a las ciudades del llano con el fin de buscar alimentos y reanudar los contactos partidarios. Sin embargo, ellos fueron detenidos por agentes de la CNI y conducidos a Santiago. Estos detenidos revelaron el lugar en que debían juntarse con sus compañeros, y el santo y seña que debían emplear.
Aprovechándose de esta información los agentes dieron muerte a Raúl Rodrigo OBREGON TORRES, técnico topográfico, el 13 de septiembre de 1981 cuando concurría a reunirse con sus compañeros, teniendo la Comisión la convicción de que fue ejecutado, valiéndose los agentes del conocimiento que tenían del lugar del encuentro y del santo y seña. Por lo anterior es falsa la versión oficial que en el caso de ésta, como de la mayoría de las restantes muertes, se difundió a través de comunicados por DINACOS, en donde se señaló que se produjeron a consecuencias de enfrentamientos.
El 17 de septiembre fue también ejecutado por las fuerzas de seguridad Pedro Juan YAÑEZ PALACIOS, ayudante de electricista, quien se había separado del grupo debido a que se encontraba en muy malas condiciones físicas, dadas las adversidades climáticas que debían soportar, habiéndole sido amputado por sus compañeros un pie que se le había congelado y gangrenado. Este hecho le permite a la Comisión llegar a la convicción de que es altamente improbable de que haya opuesto resistencia.
Por esa fecha el grupo se dividió y tres de ellos se dirigieron al sector de Remeco Alto, a casa de una pariente de uno de ellos, con el fin de obtener alimentos. Los militares fueron alertados de la presencia de estas personas por los propios moradores de la casa y los sorprendieron mientras dormían, dándoles muerte. Fallecieron así los obreros Patricio Alejandro CALFUQUIR HENRIQUEZ y Próspero del Carmen GUZMAN SOTO, en el interior de la vivienda, la que quedó totalmente destruida por los disparos. José Eugenio MONSALVE SANDOVAL, también obrero, alcanzó a huir algunos metros de la casa, siendo alcanzado y ejecutado. Le consta a la Comisión que en ninguna de estas muertes hubo resistencia previa por parte de las víctimas. Todo esto sucedió el 20 de septiembre de 1981.
Al día siguiente fueron ejecutados los dos miembros del grupo que habían sido detenidos al principio de los hechos, de nombres René Eduardo BRAVO AGUILERA y Julio César RIFFO FIGUEROA, ambos obreros, quienes habían sido conducidos al lugar del operativo desde Santiago. En el comunicado distribuído por DINACOS no se señala la forma en que fallecieron estas personas y no se reconoce el que estaban detenidas en forma previa. Otras informaciones provenientes de la CNI dan cuenta de la detención pero señalan que habrían sido muertas al intentar darse a la fuga, versión que resulta inverosímil dado lo amplio del despliegue militar y la celosa custodia a que deben haber estado sometidos, lo que se ratifica con la omisiones del comunicado oficial.
Finalmente, el 28 de noviembre de 1981 en Quebrada Honda, fue ejecutado por efectivos del Ejército, el practicante Juan Angel OJEDA AGUAYO. El relato de un testigo presencial de los hechos le hace fe a esta Comisión en el sentido que tampoco hubo realmente un enfrentamiento en esta oportunidad.
Al ponderar estos casos, debe tenerse presente lo que se ha dicho en la Primera Parte, Capítulo II de este Informe. Es preciso separar claramente los hechos o intenciones que puedan imputársele a los que fueron muertos, e incluso las consideraciones sobre su peligrosidad, de la licitud o ilicitud de los actos de la autoridad en combatirlos.
Desde luego, ninguna norma puede pedir que el Estado renuncie a combatir una insurgencia. Incluso más, ninguna norma puede pedirle que la combata con medios poco eficaces. Pero sí cabe exigir el cumplimiento, en toda circunstancia, de ciertas normas que regulan el empleo de la fuerza.
Teniendo esto en cuenta, la Comisión considera que en los hechos de Neltume las autoridades, que ya habían detenido a dos de ellos, estuvieron en posición de aprehender a los restantes, en todos menos en uno de los casos, en lugar de darles muerte. Si Neltume quiso ser, en los deseos de sus participantes, el comienzo de una guerrilla, fue, en la práctica, dado el fracaso y lamentable estado de los militantes del MIR envueltos en esta operación, y la enorme superioridad de las fuerzas del Estado, una operación más policial que propiamente militar. Existiendo racionalmente la alternativa de una aprehensión, en cada una de las situaciones examinadas, no fue lícito optar por ejecutarlos, menos aún a quienes estaban físicamente en poder de sus captores.
El único enfrentamiento real en estos hechos tuvo lugar entre Miguel CABRERA FERNANDEZ, obrero, quien cayó el 16 de octubre de 1981 en la localidad de Choshuenco al ser descubierto por carabineros y luego de producirse intercambio de tiros entre ellos. La Comisión considera que su muerte se produjo a consecuencias del enfrentamiento, y sin violación de sus derechos humanos.
En todos los demás casos, y dado lo que se ha expuesto, la Comisión considera que trata de ejecuciones, en violación de los derechos humanos de los afectados.
(Informe Rettig)
Si posee cualquier información sobre este caso, nuevas o mejores imágenes, relatos, testimonios, etc., escribanos a hhrr_project@hotmail.com

Julio César RIFFO FIGUEROA

Julio Cesar Riffo Figueroa, Nombre político, Rigo; Es detenido en Malahue el 30 de agosto y asesinado en al montaña el 21 de septiembre del 81. era obrero maderero, originario de Neltume; casado y padre de un hijo. Tenia 30 años de edad. El Rigo era el palomilla del grupo, alegre y dicharachero, bueno para la talla. Andaba con la risa a flor de labios, y provocaba la risa con mucha facilidad. Era también un hombre sencillo y humilde. Su gran aspiración para luego de la victoria era llegar a ser el chofer del ‘Comandante en jefe de la Revolución’, y punto. Encontraba que eso era bacán, que lo iba a pasar pulento, que iba a estar siempre donde las papas queman, etc. Vino desde el exilio en Holanda.

Comité Memoria Neltume
Guerrilla en Neltume
Una historia de lucha y resistencia en el sur chileno
(Este libro fue escrito por los sobrevivientes de la experiencia guerrillera en Chile)
Neltume
A mediados de 1981 fue denunciada por campesinos de la zona de Neltume, Décima Región, la existencia de un campamento de guerrilleros en ese sector. Se trataba de militantes del MIR ingresados clandestinamente al país como parte de la llamada Operación Retorno, quienes intentaban establecer una base en la zona cordillerana del sur el país, donde se instalaría a futuro la dirigencia de su colectividad.
A raíz de esta información se inició un intenso operativo con agentes de la CNI enviados desde Santiago y personal de Carabineros y del Ejército.
En julio de 1981 fue descubierto por los efectivos de seguridad el campamento, el que se encontraba en etapa de construcción. En esa oportunidad fue incautada gran cantidad de material y documentación. El grupo huyó hacia zonas más altas, siendo seguido por los agentes.
En el mes de agosto los militantes del MIR decidieron enviar a dos de sus miembros a las ciudades del llano con el fin de buscar alimentos y reanudar los contactos partidarios. Sin embargo, ellos fueron detenidos por agentes de la CNI y conducidos a Santiago. Estos detenidos revelaron el lugar en que debían juntarse con sus compañeros, y el santo y seña que debían emplear.
Aprovechándose de esta información los agentes dieron muerte a Raúl Rodrigo OBREGON TORRES, técnico topográfico, el 13 de septiembre de 1981 cuando concurría a reunirse con sus compañeros, teniendo la Comisión la convicción de que fue ejecutado, valiéndose los agentes del conocimiento que tenían del lugar del encuentro y del santo y seña. Por lo anterior es falsa la versión oficial que en el caso de ésta, como de la mayoría de las restantes muertes, se difundió a través de comunicados por DINACOS, en donde se señaló que se produjeron a consecuencias de enfrentamientos.
El 17 de septiembre fue también ejecutado por las fuerzas de seguridad Pedro Juan YAÑEZ PALACIOS, ayudante de electricista, quien se había separado del grupo debido a que se encontraba en muy malas condiciones físicas, dadas las adversidades climáticas que debían soportar, habiéndole sido amputado por sus compañeros un pie que se le había congelado y gangrenado. Este hecho le permite a la Comisión llegar a la convicción de que es altamente improbable de que haya opuesto resistencia.
Por esa fecha el grupo se dividió y tres de ellos se dirigieron al sector de Remeco Alto, a casa de una pariente de uno de ellos, con el fin de obtener alimentos. Los militares fueron alertados de la presencia de estas personas por los propios moradores de la casa y los sorprendieron mientras dormían, dándoles muerte. Fallecieron así los obreros Patricio Alejandro CALFUQUIR HENRIQUEZ y Próspero del Carmen GUZMAN SOTO, en el interior de la vivienda, la que quedó totalmente destruida por los disparos. José Eugenio MONSALVE SANDOVAL, también obrero, alcanzó a huir algunos metros de la casa, siendo alcanzado y ejecutado. Le consta a la Comisión que en ninguna de estas muertes hubo resistencia previa por parte de las víctimas. Todo esto sucedió el 20 de septiembre de 1981.
Al día siguiente fueron ejecutados los dos miembros del grupo que habían sido detenidos al principio de los hechos, de nombres René Eduardo BRAVO AGUILERA y Julio César RIFFO FIGUEROA, ambos obreros, quienes habían sido conducidos al lugar del operativo desde Santiago. En el comunicado distribuído por DINACOS no se señala la forma en que fallecieron estas personas y no se reconoce el que estaban detenidas en forma previa. Otras informaciones provenientes de la CNI dan cuenta de la detención pero señalan que habrían sido muertas al intentar darse a la fuga, versión que resulta inverosímil dado lo amplio del despliegue militar y la celosa custodia a que deben haber estado sometidos, lo que se ratifica con la omisiones del comunicado oficial.
Finalmente, el 28 de noviembre de 1981 en Quebrada Honda, fue ejecutado por efectivos del Ejército, el practicante Juan Angel OJEDA AGUAYO. El relato de un testigo presencial de los hechos le hace fe a esta Comisión en el sentido que tampoco hubo realmente un enfrentamiento en esta oportunidad.
Al ponderar estos casos, debe tenerse presente lo que se ha dicho en la Primera Parte, Capítulo II de este Informe. Es preciso separar claramente los hechos o intenciones que puedan imputársele a los que fueron muertos, e incluso las consideraciones sobre su peligrosidad, de la licitud o ilicitud de los actos de la autoridad en combatirlos.
Desde luego, ninguna norma puede pedir que el Estado renuncie a combatir una insurgencia. Incluso más, ninguna norma puede pedirle que la combata con medios poco eficaces. Pero sí cabe exigir el cumplimiento, en toda circunstancia, de ciertas normas que regulan el empleo de la fuerza.
Teniendo esto en cuenta, la Comisión considera que en los hechos de Neltume las autoridades, que ya habían detenido a dos de ellos, estuvieron en posición de aprehender a los restantes, en todos menos en uno de los casos, en lugar de darles muerte. Si Neltume quiso ser, en los deseos de sus participantes, el comienzo de una guerrilla, fue, en la práctica, dado el fracaso y lamentable estado de los militantes del MIR envueltos en esta operación, y la enorme superioridad de las fuerzas del Estado, una operación más policial que propiamente militar. Existiendo racionalmente la alternativa de una aprehensión, en cada una de las situaciones examinadas, no fue lícito optar por ejecutarlos, menos aún a quienes estaban físicamente en poder de sus captores.
El único enfrentamiento real en estos hechos tuvo lugar entre Miguel CABRERA FERNANDEZ, obrero, quien cayó el 16 de octubre de 1981 en la localidad de Choshuenco al ser descubierto por carabineros y luego de producirse intercambio de tiros entre ellos. La Comisión considera que su muerte se produjo a consecuencias del enfrentamiento, y sin violación de sus derechos humanos.
En todos los demás casos, y dado lo que se ha expuesto, la Comisión considera que trata de ejecuciones, en violación de los derechos humanos de los afectados.
Informe Rettig
Si posee cualquier información sobre este caso, nuevas o mejores imágenes, relatos, testimonios, etc., escribanos a hhrr_project@hotmail.com

Juan Angel OJEDA AGUAYO


Juan Ángel Ojeda Aguayo, Nombre político, Gabriel, Pequeco; muerto asesinado el 28 de Noviembre del 81. era obrero maderero; originario de Neltume; soltero. Tenia 27 años de edad.
Amaba la montaña como el que más. Era un explorador nato pero basaba su instinto en una especial relación con la naturaleza. Según él los montes hablaban, reían, lloraban. El seguramente le conversaba secretamente al monte. Era un tipo buena gente el Pequeco. Le gustaba también la música, claro que más la tropical, y hacia gala de dotes de baterista. Pequeco era muy preocupado de su forma física, junto con Pablo era de los que más tiempo le dedicaban y más provecho le sacaban y más exigían a la preparación física. Pero también era de los mas preocupados por su aspecto; siempre tratando de andar bien vestido, bien presentado, era pinturita.
Durante su exilio en Holanda, empezó a dedicarse a aprender enfermería, sin prever que después seria su rol dentro de la fuerza: el sanitatio del destacamento
Comité Memoria Neltume
Guerrilla en Neltume
Una historia de lucha y resistencia en el sur chileno
(Este libro fue escrito por los sobrevivientes de la experiencia guerrillera en Chile)
Neltume

A mediados de 1981 fue denunciada por campesinos de la zona de Neltume, Décima Región, la existencia de un campamento de guerrilleros en ese sector. Se trataba de militantes del MIR ingresados clandestinamente al país como parte de la llamada Operación Retorno, quienes intentaban establecer una base en la zona cordillerana del sur el país, donde se instalaría a futuro la dirigencia de su colectividad.

A raíz de esta información se inició un intenso operativo con agentes de la CNI enviados desde Santiago y personal de Carabineros y del Ejército.

En julio de 1981 fue descubierto por los efectivos de seguridad el campamento, el que se encontraba en etapa de construcción. En esa oportunidad fue incautada gran cantidad de material y documentación. El grupo huyó hacia zonas más altas, siendo seguido por los agentes.

En el mes de agosto los militantes del MIR decidieron enviar a dos de sus miembros a las ciudades del llano con el fin de buscar alimentos y reanudar los contactos partidarios. Sin embargo, ellos fueron detenidos por agentes de la CNI y conducidos a Santiago. Estos detenidos revelaron el lugar en que debían juntarse con sus compañeros, y el santo y seña que debían emplear.


Aprovechándose de esta información los agentes dieron muerte a Raúl Rodrigo OBREGON TORRES, técnico topográfico, el 13 de septiembre de 1981 cuando concurría a reunirse con sus compañeros, teniendo la Comisión la convicción de que fue ejecutado, valiéndose los agentes del conocimiento que tenían del lugar del encuentro y del santo y seña. Por lo anterior es falsa la versión oficial que en el caso de ésta, como de la mayoría de las restantes muertes, se difundió a través de comunicados por DINACOS, en donde se señaló que se produjeron a consecuencias de enfrentamientos.

El 17 de septiembre fue también ejecutado por las fuerzas de seguridad Pedro Juan YAÑEZ PALACIOS, ayudante de electricista, quien se había separado del grupo debido a que se encontraba en muy malas condiciones físicas, dadas las adversidades climáticas que debían soportar, habiéndole sido amputado por sus compañeros un pie que se le había congelado y gangrenado. Este hecho le permite a la Comisión llegar a la convicción de que es altamente improbable de que haya opuesto resistencia.


Por esa fecha el grupo se dividió y tres de ellos se dirigieron al sector de Remeco Alto, a casa de una pariente de uno de ellos, con el fin de obtener alimentos. Los militares fueron alertados de la presencia de estas personas por los propios moradores de la casa y los sorprendieron mientras dormían, dándoles muerte. Fallecieron así los obreros Patricio Alejandro CALFUQUIR HENRIQUEZ y Próspero del Carmen GUZMAN SOTO, en el interior de la vivienda, la que quedó totalmente destruida por los disparos. José Eugenio MONSALVE SANDOVAL, también obrero, alcanzó a huir algunos metros de la casa, siendo alcanzado y ejecutado. Le consta a la Comisión que en ninguna de estas muertes hubo resistencia previa por parte de las víctimas. Todo esto sucedió el 20 de septiembre de 1981.
Al día siguiente fueron ejecutados los dos miembros del grupo que habían sido detenidos al principio de los hechos, de nombres René Eduardo BRAVO AGUILERA y Julio César RIFFO FIGUEROA, ambos obreros, quienes habían sido conducidos al lugar del operativo desde Santiago. En el comunicado distribuído por DINACOS no se señala la forma en que fallecieron estas personas y no se reconoce el que estaban detenidas en forma previa. Otras informaciones provenientes de la CNI dan cuenta de la detención pero señalan que habrían sido muertas al intentar darse a la fuga, versión que resulta inverosímil dado lo amplio del despliegue militar y la celosa custodia a que deben haber estado sometidos, lo que se ratifica con la omisiones del comunicado oficial.
Finalmente, el 28 de noviembre de 1981 en Quebrada Honda, fue ejecutado por efectivos del Ejército, el practicante Juan Angel OJEDA AGUAYO. El relato de un testigo presencial de los hechos le hace fe a esta Comisión en el sentido que tampoco hubo realmente un enfrentamiento en esta oportunidad.

Al ponderar estos casos, debe tenerse presente lo que se ha dicho en la Primera Parte, Capítulo II de este Informe. Es preciso separar claramente los hechos o intenciones que puedan imputársele a los que fueron muertos, e incluso las consideraciones sobre su peligrosidad, de la licitud o ilicitud de los actos de la autoridad en combatirlos.

Desde luego, ninguna norma puede pedir que el Estado renuncie a combatir una insurgencia. Incluso más, ninguna norma puede pedirle que la combata con medios poco eficaces. Pero sí cabe exigir el cumplimiento, en toda circunstancia, de ciertas normas que regulan el empleo de la fuerza.
Teniendo esto en cuenta, la Comisión considera que en los hechos de Neltume las autoridades, que ya habían detenido a dos de ellos, estuvieron en posición de aprehender a los restantes, en todos menos en uno de los casos, en lugar de darles muerte. Si Neltume quiso ser, en los deseos de sus participantes, el comienzo de una guerrilla, fue, en la práctica, dado el fracaso y lamentable estado de los militantes del MIR envueltos en esta operación, y la enorme superioridad de las fuerzas del Estado, una operación más policial que propiamente militar. Existiendo racionalmente la alternativa de una aprehensión, en cada una de las situaciones examinadas, no fue lícito optar por ejecutarlos, menos aún a quienes estaban físicamente en poder de sus captores.
El único enfrentamiento real en estos hechos tuvo lugar entre Miguel CABRERA FERNANDEZ, obrero, quien cayó el 16 de octubre de 1981 en la localidad de Choshuenco al ser descubierto por carabineros y luego de producirse intercambio de tiros entre ellos. La Comisión considera que su muerte se produjo a consecuencias del enfrentamiento, y sin violación de sus derechos humanos.

En todos los demás casos, y dado lo que se ha expuesto, la Comisión considera que trata de ejecuciones, en violación de los derechos humanos de los afectados.

Informe Rettig
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FUENTE:

Memoria Viva
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