lunes, 4 de febrero de 2008

Roberto Troncoso, padre de la “Chepa”: “Mi hija no se quería morir”


Domingo 3 de febrero de 2008.

Roberto Troncoso, el padre de la comunera Patricia Troncoso Robles, siempre estuvo al lado de su hija y fue clave en las negociaciones con el Gobierno, que pusieron fin a la huelga de hambre que la comunera, también conocida como la “Chepa”, mantuvo por 112 días. Aunque ella siempre estuvo consciente, con la lucidez suficiente para decidir cada paso que daba, él no sólo la representó en las gestiones ante las autoridades y la iglesia, sino también debió enfrentarse con activistas que preferían tener a una mártir de la causa mapuche. Este hombre que vive junto a su esposa en una pequeña casa en Chillán Viejo y que ahora sólo quiere descansar y cultivar su huerta, terminó “reventado” y hastiado de tanta exposición mediática. Con este matutino hizo una excepción, un gesto que se explica y así nos lo hace saber, porque nuestro interés en la salud y situación procesal de su hija era muy anterior al conflicto que la hizo protagonista de dos intensas semanas noticiosas y portada de los principales medios de comunicación del país. Nos recibió en su hogar, en la comuna de Chillán Viejo, para conversar, a ratos con lágrimas en los ojos, de las diferentes situaciones que rodearon el traslado de su hija a Chillán, el “engaño” del Gobierno, su negativa a alimentarse y la gravedad que alcanzó, el rol de la iglesia y el acuerdo que terminó con la extrema medida de protesta. - ¿Pensó que cuando su hija se fue a vivir a la comunidad mapuche de Ercilla, se identificaría tanto con este pueblo y su causa? La verdad es que no, no lo pensé, pero sí la veía muy metida en el tema, pero lo cierto es que no pensé que se lo iba a tomar tan a pecho y se iba a meter tan a fondo. - Pero ella desde muy joven había manifestado inquietud por los temas sociales. Ella en la Universidad iba a trabajos de verano y era presidente del centro de alumnos. La primera vez que fue al Alto Bío Bío y empezó a ver la pobreza de la gente, la injusticia, el racismo yo creo que le produjo este deseo tan grande de servir a esa gente olvidada, dejada de lado por todos los gobiernos. - Usted también habla como los que apoyan a la “causa mapuche”.

. Sí y es que no siendo mapuche me identifico mucho con la causa , porque yo creo que quien conoce cómo viven y ve la injusticia y pobreza, le dan deseos de ayudar a esa gente. - ¿Siente algo de frustración por el hecho de que su hija haya abandonado la universidad para irse a vivir con los mapuches? De repente. Antes me sentía un poco frustrado, porque veía como mi hija no alcanzaba a terminar, pero después me di cuenta de su profunda convicción. Ella en este momento es de esa zona y pienso que nunca más va a volver a Chillán Viejo. Ella quiere comprarse un terreno y hacerse una casa y que la vayamos a visitar. Incluso me dijo que nos vayamos con ella, pero no creo que lo haga.

. me gusta este lugar. - ¿Usted sigue manteniendo la versión de la inocencia de su hija en la quema del fundo de la Forestal Mininco? Siempre lo he dicho. Ella en ese momento estaba acá. Cuando ocurrió ese incendio y nos enteramos por la radio, lo conversamos y me dijo “apuesto que me van a culpar a mí”. Esa acusación fue injusta para ella y para todos esos mapuches que los acusaron del incendio del fundo Poluco Pidenco. “HARBOE ES UN MENTIROSO” - En cuanto al traslado de su hija a Chillán se han tejido muchas versiones. Cuéntenos la verdad, ¿sabían y apoyaban su internación en el hospital o fue al revés, como también se dijo? Cuando estaba en Temuco y se hizo ese informe médico que recomendaba trasladarla, yo siempre le pedí a Harboe (Felipe, subsecretario del Interior) que la mandarán a Santiago. En eso quedamos y al otro día a mi hija la trasladan a Chillán. Yo estaba muy enojado y él (Harboe) dice que la familia pidió que la trasladáramos para acá, que por eso lo hicimos. Harboe es un tipo mentiroso, un tipo que a usted le está palmotenado la espalda y que por el otro lado le está enterrando el puñal. Me prometió que a mi hija la trasladaban a Santiago y después la dejó acá en Chillán, así que no tengo nada que agradecerle a ese caballero, aunque en realidad de caballero no tiene nada. - ¿Y por qué cree que el Gobierno decidió traerla para acá. Fue una estrategia para descomprimir el ambiente en Temuco o buscaban acercarla a ustedes para que la convencieran de deponer la huelga de hambre? Ellos pensaron que aquí en Chillán iban a bajarle el perfil al tema, que la Patricia iba a llegar y se iba a quedar sola, sólo con nosotros. Pero no se imaginaron nunca todo el apoyo que encontramos, jamás pensaron que buena parte de una ciudad se iba a sumar a la causa mapuche.

. agradezco a toda la gente de Chillán que se portó un siete con nosotros. - ¿Cómo se sintió cuando su hija no lo quiso recibir? Ese era un tema estratégico. La verdad es que yo no quería ir al hospital para no darle el gusto a la señora presidenta y a todos los que mintieron con lo de su traslado. Yo no quería que la trajeran para acá y si entraba el hospital estaba avalando el cambio. Ese era el tema, no tengo ningún drama con ella, nunca hemos peleado, menos ahora que estuvimos más unidos que nunca. - ¿Y como se sintió cuando supo que habían tenido que amarrarla para alimentarla? Fue terrible y eso lo denuncié muchas veces. Porque en Angol también la vi amarrada.

.en Temuco también. ¿A quién encadenan en estos tiempos? ¿Qué dirá el Gobierno sobre eso? Y eso que dicen que aquí no hay tortura, que en un país democrático eso existe. Yo creo que no es así y lo puedo comprobar. “ALGUNOS QUERÍAN TENER OTRO MÁRTIR” - Supimos que hubo diferencias al interior del grupo de apoyo que se apostó afuera del hospital, que incluso presionaron para que su hija continuara con la huelga de hambre. ¿Es verdad? Los últimos días hubo algunas diferencias, pero no entre la gente, sino que entre yo y las voceras, porque yo ya no daba para más, veía que mi hija estaba muy deteriorada y sólo quería que ese calvario terminara. Entonces ellas me decían “aguantemos don Roberto, porque mañana se soluciona”. Como papá es diferente, yo quería, aunque no ganáramos nada, que se bajara, pero al final peleamos y las chiquillas tenían razón: ganamos lo que tanto esperábamos. - ¿Entones usted cree que la huelga de hambre de su hija en parte se instrumentalizó, que hubo sectores que se aprovecharon del tema? No creo, lo que yo escuchaba era “fuerza Patricia, que siga adelante. Claro que algunos querían tener otro mártir, yo también lo escuché, pero ese no el pensamiento del pueblo mapuche y de la gente que está comprometida con la causa. No creo, yo confío en la gente, en los mapuches. - ¿La negociación fue tan compleja como pareció. Desde afuera se veían avances que luego se diluían. Cómo afrontó aquello? Estaba muy complicado, me daba rabia con el Gobierno por tan poca sensibilidad que tenía. Estaba molesto, le dije hartas cosas a la mayoría de los ministros, incluso a la presidenta Bachelet, porque después de 110 días mi hija no tenía ninguna posibilidad de bajarse. - ¿Es cierto que alguna vez su hija le manifestó que no se quería morir? Más de una vez. Mi hija no se quería morir. Por eso dejó que le pusieran el suero, si no, no se habría dejado. Ella tenía un compromiso conmigo, por eso le agradezco a mi hija que cumplió lo que me prometió. Yo tenía un compromiso con ella: iba a llegar hasta donde pudiera y si ya no podía más y si no había ninguna cosa más que hacer se iba a retirar. Yo le dije: “te necesito aquí en la tierra, no te necesito en un cajón. Si te quedas aquí, vas a servir para otra batalla”. No la voy a criticar, ella tomó su opción de vida y solamente me quedaba apoyarla. - ¿Y si volviera a hacer lo mismo, otra huelga de hambre? De hacer otra cosa igual, de igual manera la voy a apoyar, porque es mi hija y no la voy a dejar sola nunca. EL ROL DE LA IGLESIA - ¿Cómo calificaría el rol que jugó la Iglesia Católica en la negociación? Ha sido un muy importante, ya que gracias a ella mi hija pudo bajarse de la huelga y no seguir comprometiendo su salud, no así el Gobierno, al que no tengo nada que agradecerle. La Iglesia me ha dicho que va a velar porque este acuerdo se cumpla. Ellos se la jugaron y tengo que agradecer al obispo de Chillán, Carlos Pellegrin; al obispo Camilo Vial de Temuco y monseñor Alejandro Goic, al padre Varas.

. (párroco de Chillán Viejo) - ¿Comparte la opinión de quienes dicen que su hija se ha convertido en un “símbolo” de la causa mapuche? La comparto, también creo que es así, aunque hay un mapuche que dijo que mi hija sólo lo hacía por ella, para ganar en figuración. - ¿A quién se refiere? A Aucán Huilcamán. Es un tonto, un estúpido que no sabe valorar a una persona que ha hecho tanto por los mapuches, que ha trabajado por ellos. Él solamente trabajó hasta que se hizo conocido y comenzó a ganar plata, por que sale al extranjero a lucrar. A mí nadie me puede decir que me pasó dinero para apoyar la causa mapuche. Yo lo hice con lo mío. El (Huilcamán) vive de la plata ajena, plata que le dan para los mapuches y que él la ocupa en si mismo. - Dicen que entre el personal de Gendarmería que cuidó a su hija y ella se crearon lazos afectivo. Yo veía como ellos la regaloneaban. El capitán bromeaba con ella. La trataron muy bien. Cuando tuvieron que hacer su trabajo lo hicieron. También tengo palabras de agradecimiento para ellos. SUS VIDAS NO HAN CAMBIADO - ¿Con toda esta situación ha cambiado la vida de su familia? Ciertamente no es la misma, pero no es para decir que cambió nuestra vida. Nosotros estamos tranquilos, porque nadie, solamente ustedes, vino para acá, nunca han venido periodistas y tampoco voy a permitir que lo hagan, es una excepción porque ustedes estaban preocupados desde antes del caso de mi hija. - ¿Es efectivo que se va a vivir a otra ciudad? No, por qué, estamos súper tranquilos acá, nadie nos molesta, vivo bien aquí. Tengo un sitio para hacer huerta y en eso me entretengo, porque ahora no tengo trabajo. - ¿En el futuro continuará apoyando la causa mapuche? La verdad que no. Yo llego hasta aquí. - ¿Qué le ha dicho su hija respecto a su futuro, una vez que cumpla su sentencia? Ella quiere abrir r una oficina de defensa de los derechos humanos, con abogados y servir a la gente más necesitada, como son los mapuches. (Pablo Aburto Holzapfel).

Fuente : Empresa Periodística La Discusión De Chillan

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